Durante le proceso de recopilación fotográfica de rótulos, resulta sencillo asociar distintas obras con una misma tipología, un estilo característico o una forma tipográfica común, este último aspecto se convierte en un elemento principal de la investigación cuando además observamos que las placas que indican las calles de la ciudad utilizan la misma forma tipográfica.
Tras conseguir establecer este grupo básico de placas cerámicas artesanales donde coincidía la forma de la letra, la investigación ha discurrido por dos vías paralelas y en un principio no relacionadas, por un lado he tratado de contactar con el ayuntamiento de Alicante, donde su sección de Gestión Patrimonial me remitió al Departamento de Estadística, que es el encargado de rotular las calles y podría facilitarme la información solicitada. Por otro lado me he centrado en descubrir la mayor cantidad de datos relativos a la empresa o persona que se hallaba tras la firma, Forvas Campello, que era la que se encontraba en los rótulos que utilizaban esta forma tipográfica y estaban firmados. La primera vía de investigación continua sin dar frutos hasta el momento, pero con lo que no contaba era que la segunda vía que yo suponía paralela a la anterior, convergería del modo que lo hizo.
Tanto los rótulo de edificios que utilizan la forma tipográfica mencionada como las placas que indican los nombres de las calles de la ciudad tienen un aspecto en común, su tipología, todas ellas son placas cerámicas realizadas mediante azulejos pintados de manera artesanal. Esto resulta evidente por dos razones principales, la primera es que en cada azulejo aparece mas de una forma tipográfica a la vez, evitando colocar una letra por cada azulejo como suele darse en aquellos de carácter más comercial y en segundo lugar muchos de los rótulos, o al menos la mayoría de los que se encuentran en fachadas de edificios y urbanizaciones, cuentan con la firma del autor.
La búsqueda de este tipo de artesanos en la red puede resultar complicada ya que la mayoría de ellos no tienen, ni necesitan tener, una presencia en internet para seguir adelante con su trabajo. A pesar de ello, las casualidades que surgen cuando uno se embarca en este tipo de aventuras quisieron que encontrara un sitio web (www.tallerdeceramica.com.es) donde se publicita el trabajo realizado para las placas cerámicas de las calles del ayuntamiento de Alicante entre otros muchos. A continuación me puse en contacto con los administradores de la página web que me respondieron muy amablemente indicándome información de vital importancia para el devenir de la investigación, “esa tipografía es creación exclusiva de esta empresa, creada por el ceramista (mi padre) que comenzó la rotulación no solo de Alicante, sino de Torrevieja y otros muchos municipios de diversas provincias. La tipografía se denomina FORVAS”. La respuesta fue de Cristina Ortiz, hija, heredera y actual responsable del taller junto con su marido Cesar, ante la información recibida, no pude evitar, como amante de las letras que soy, responder solicitando una entrevista para poder conocer al ceramista creador de la tipografía a lo que el maestro artesano muy amablemente accedió.
La ilusión de conocer a un artesano ceramista que había diseñado un tipo de letra propio, optimizado para la rotulación de edificios y calles me embargaba en los momentos previos a la reunión, pero nunca me hubiera podido imaginar que al acabar la reunión fuera a sentir una admiración todavía mayor por aquella persona.
Felix ORtiz oliVAS, como él mismo lo escribió en la servilleta del bar donde nos reunimos para explicar la procedencia del acrónimo con el que firma sus obras, FORVAS, es una persona de esas que te dejan perplejo nada más empezar a conocerlo, proviene de una saga de individuos muy interesantes, su padre Felix Ortiz Castrillo, fue delineante proyectista en el aeropuerto de Alicante y en su tiempo libre se dedicaba a su gran pasión, la heráldica, siendo el autor de dos publicaciones de referencia en este campo como son El escudo heráldico municipal de Alicante (1990) y El verdadero blasón de Albacete (1999) este último con prologo de José Bono presidente durante décadas de la Comunidad Autónoma de Castilla la Mancha. Su hermano, Pedro Ortiz Olivas es un reconocido pintor con una extensa obra que abarca desde el realismo y la figuración al expresionismo abstracto con su técnica autodenominada el “manchismo”.
Felix, procede por tanto de una familia de clara vinculación con dos campos que marcarán el carácter de toda su obra y por supuesto de su fuente tipográfica. Por un lado la Historia y dentro de este campo la Heráldica y la Vexilología, es decir, escudos y banderas, campo en el que trabajará a partir de las enseñanzas de su padre llegando a diplomarse en el área por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y por otro lado el Arte con el que tendrá una profunda vinculación desde sus primeros estudios de Cerámica en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Valencia.
Al igual que en las referencias que se realizan de otro miembros de su familia, podemos definir a Felix como un hombre del renacimiento, refiriéndonos a que profundizó de manera excepcional en múltiples campos del conocimiento humano. Tras finalizar los estudios de Cerámica en 1977 abrió su taller muy cerca del lugar donde hoy se ubica, ha trabajado como profesor de hasta 12 disciplinas distintas relacionadas con el arte y la artesanía en su propio centro de estudios, ha dado clases de talleres extra-escolares para Asociaciones de Padres de Alumnos de distintos centros escolares de Alicante, El Campello y alrededores, es Pendolista, que según la Real Academia de la Lengua es la persona que escribe con muy buena letra y que hoy en día conoceríamos como Calígrafo o Letrista, ya hemos mencionado su faceta como diplomado del CSIC en Heráldica y Vexilología, pero es que además ha ido creando y desarrollando distintos procesos técnicos para facilitar el trabajo en su taller manteniendo y mejorando la calidad del producto a la vez que logra optimizar los recursos.
Entre las múltiples mejoras o evoluciones técnicas se encuentra el trabajo con las letras, en un primer momento realizó plantillas letra a letra para luego pasar a realizarlas por palabras completas y terminar deshaciéndose de ese gran archivo de plantillas en cartulinas y papeles satinados con la llegada del soporte informático. En el aspecto técnico resulta imprescindible nombrar el color de las letras que utiliza en los rótulos de calles ya que es un color propio, “ni demasiado negro, ni demasiado azul, lo justo de cada uno para que se pueda leer bien” dentro del taller se le conoce como el azul FORVAS.
A nivel técnico, el proceso de pintado del azulejo es un proceso delicado y complejo, en los inicios del taller, Felix adquiría azulejo bizcochado al que pintaba el fondo, mediante inmersión o por cascada de esmalte que al ser cocido a 1000º C es vidriado, luego los horneaba y terminaba coloreando las letras, cenefas y demás elementos mediante óxidos, y diferentes productos químicos que daban el color deseado tras pasar por el llamado tercer fuego. Posteriormente en su proceso de optimización del trabajo paso por adquirir los azulejos con fondo vidriado de color blanco acabados para reducir los tiempos y centrarse solamente en la última fase, dibujo y coloreado de las formas tipográficas, cenefas y elementos decorativos. El uso de las plantillas complicaba un tanto el trabajo ya que el coloreado mediante productos en polvo hace que cualquier roce suponga la perdida del mismo, en este sentido, la incorporación del ordenador facilitó mucho la tarea ya que en la actualidad, la composición se realiza en el ordenador desde donde se imprime el dibujo que es calcado sobre los azulejos dispuestos en su lugar para luego terminar coloreando a mano sobre el dibujo calcado.
La charla que mantuvimos se centró, porque así lo había solicitado yo, en la fuente tipográfica que utilizaba en los rótulos que viene realizando para distintos ayuntamientos, urbanizaciones, residenciales y edificios desde el año 1978 y mas concretamente en las placas de las calles de la ciudad de Alicante que viene realizando desde el año 1987. Me confesó que le resultaba curioso que alguien se interesará por algo tan “anormal” como el tipo de letra que utilizaba en sus rótulos, ya que mucha gente le había venido preguntando por su trabajo como alfarero y ceramista, por su labor heráldica y por otros aspectos de su producción en las múltiples áreas desarrolladas, pero que nunca nadie se había interesado por algo tan banal como el tipo de letra que utilizaba.
Lo primero que me quiso dejar claro fue que el tipo de letra que utiliza es la consecuencia de un proceso de investigación y desarrollo constante durante una largo periodo donde los distintos campos de interés de su vida se conjugaban bajo un objetivo común, lograr un tipo de letra suficientemente legible y adecuada para la rotulación de las calles que además tuviera un carácter propio, basado en la tradición histórica de las letras propias de España. De echo en el primer contacto vía mail, Cristina describía la tipografía con las siguientes palabras: “Es una tipografía singular muy española y con la característica especial de que permite una fácil lectura, es artística y elegante. Sus caracteres debido al diseño que tienen son difíciles de confundir entre sí, debido al cuidado diseño con que se concibieron y por tanto a cierta distancia son perfectamente legibles e inconfundibles, lo que no ocurre con otras tipografías que no reúnen todas estas cualidades.”
La necesidad de crear un tipo de letra propio le vino a partir del primer encargo de rotulación de calles que recibió allá por el año 1978 para el ayuntamiento de Yecla en Murcia. En ese momento comenzó a buscar entre las letras existentes y utilizadas por diseñadores e impresores una fuente que se adaptara a las necesidades de la rotulación de calles, investigó y buscó en documentos antiguos, pero no halló nada que se adaptara completamente a sus necesidades. A partir de ahí, vio que resultaba necesario crear unas letras propias que cumplieran los requisitos que el entendía como imprescindibles, por un lado, que se leyeran adecuadamente mientras se camina por la calle y que por otro lado, que ofrecieran a nivel estético un carácter propio que tuviera relación con las raíces del lugar. Comenzó por dibujar la estructura básica de unas letras con base romana, incluyendo gracias o terminales finas que se unían con las astas a través de curvas tangentes, estableció un sistema de distribución de pesos entre astas gruesas y finas hasta que obtuvo unas formas que consideró óptimas para garantizar la legibilidad. Tras definir esa estructura básica busco la manera de añadirle carácter mediante las gracias caligráficas que podemos observar el las astas horizontales de las letras A y E, en la tilde o virgulilla de la letra Ñ y mediante las terminales de letras como la T, C o E.
Pensando en la utilidad de la fuente creada para rotular textos de distintas longitudes dentro de un mismo formato de placa cerámica, creó una serie de 4 variantes que muestran distintas proporcionalidades en sus pesos mediante el cambio en el grosor de las astas. Estableció dos alturas de x, una mayor que la otra y dentro de cada altura dos anchuras diferentes, una letra que podemos nombrar como extendida donde las astas y la anchura total de la letra son mayores y otra condensada donde se da un relación de proporcionalidad más estrecha. Entre los elementos que formaban parte de los primeros diseños y con el tiempo han desaparecido Felix destaca el punto central en la letra O, actualmente difícil de encontrar en rótulos a no ser que busquemos entre los más antiguos de ciudades como Yecla o Torrevieja, pero que yo fotografié en uno de los rótulos del edificio Vista Sol en la calle Nasa, número 3, en el barrio de la Albufereta de Alicante.
La fuente tipográfica no sería considerada bajo esta nomenclatura por parte de los teóricos de la materia ya que el sistema no establece un espaciado entre letras o tracking cerrado y deja en manos del autor la decisión de juntar o separar más las letras en función del espacio disponible en el formato, algo que resultaría peligroso si la fuente pudiera ser utilizada sin estar bajo la supervisión del propio autor que mantiene unos criterios estéticos en cuanto al espaciado entre letras que el considera lógicos y que son la consecuencia de años de trabajo y estudio de multitud de tipos de letras y de rótulos. Para clasificarla, podemos decir que se trata de una fuente de la familia de las letras con gracia o serif, dentro de la subfamilia de las letras Antiguas, aquellas que cuentan con una evidente variación de los grosores de las distintas astas de la letra y cuentan con uniones mediante curvas tangenciales entre astas y terminales, a la que se le añaden distintos elementos caligráficos para conferirle un carácter propio. Este último aspecto puede llevarnos a clasificar la fuente dentro de la familia de las letras decorativas de época.
Si nos centramos en el estilo de la letra podemos decir que es una letra condensada o estrecha a nivel general, ya que en sus proporciones la altura es sensiblemente mayor que la anchura. La fuente solamente cuenta con letras mayúsculas dado que son las de mejor visibilidad y legibilidad para la rotulación siguiendo el criterio del propio autor y no cuenta con números ni símbolos especiales más allá de los necesarios para la realización de los rótulos que le son encargados ya que se trata de una fuente tipográfica completamente creada y diseñada para su uso en la rotulación de placas de calles y/o edificios sobre azulejo cerámico.
Felix Ortiz ha creado distintos elementos propios para el trabajo de rotulación de placas de calles, edificios y demás, por ejemplo las cenefas, geométricas o florales, destacando entre ellas la cenefa geométrica exclusivamente diseñada para las placas de las calles de Alicante que a pesar de ser vista con recelo en un primer momento por parte de los responsables de ayuntamiento, en la actualidad se ha convertido en símbolo identificativo de la propia ciudad dado su profundo arraigo y relación con distintos elementos propios de la misma, el pavimento de la explanada, el sol, el mar, los colores de la bandera, etc. También ha diseñado los denominados números de policía que indican la numeración de los portales de las vivienda para los que ha diseñado dos modelos básicos, unos de ellos de carácter mas antiguo, letra con gracia o serif y otro más moderno con un carácter de palo seco o san-serif.
La conversación que mantuvimos durante alrededor de dos horas resulto muy interesante, Felix me contaba anécdotas increíbles de su trabajo en todos los ámbitos en los que ha desarrollado su labor. Nombraba sin descanso, personajes conocidos como clientes para quienes había realizado distintos encargos, artistas de conocido renombre en el mundo de la música, el toreo, políticos de alto nivel, grandes empresas, ayuntamientos, certámenes de premios, etc. No se le agotaban las referencias de rótulos, esculturas, trofeos o piezas de alfarería y cerámica que había realizado a lo largo de los casi 40 años de trabajo en su taller, algunos de sus rótulos y placas cerámicas son visibles en fachadas de edificios emblemáticos de la ciudad de Alicante como el Mercado Central, sin olvidarnos, claro esta de la rotulación de las calles de la ciudad o el trabajo en la isla de Tabarca con un diseño peculiar en diversos sentidos.
Fueron varios los secretos de su trayectoria como artista-artesano que me confesó, dos de ellos se me quedaron grabados por distintas razones. Por un lado, me confesó que su mujer consideraba su trabajo y el taller como la amante con la que había pasado la gran mayoría de su tiempo de vida desde que lo abrió allá por el año 1977, algo con lo que la mayoría de los que nos dedicamos o amamos este tipo de actividades nos podemos sentir completamente identificados. Por otro lado, me confesó algo muy impactante para mi y es que hacia unos años, sobre el año 2013 se vio obligado a retirarse porque su manos “ya no funcionaban”, en ese momento, sentí un gran peso caer sobre mis hombros, me resultaba una situación que yo personalmente no sabría como afrontar, Felix me aseguró que había sido muy duro el proceso de aceptación pero que en la actualidad era muy feliz viendo como su hija Cristina y su yerno Cesar estaban llevando adelante el taller que tanto le costó levantar y que de vez en cuando se pasaba por allí para hacer su labor como asesor y guía.
Relacionado con los rótulos de las calles, cuando yo le comentaba que había visto alguna de sus placas vandalizada, pintada o incluso rota en mis paseos por la zona estudiada, su respuesta apesadumbradamente afirmativa fue seguida de la explicación de como durante el primer año que trabajó realizando placas para calles en el ayuntamiento de Alicante le toco rotular la Avenida de la Costa Blanca por completo hasta tres veces ya que los turistas se llevaban las placas a modo de souvenir.
Para terminar solo me queda agradecer a Felix Ortiz Olivas y su familia el haber querido compartir todo este conocimiento conmigo y espero que este artículo consiga poner en valor su dilatada y profusa carrera como buen personaje renacentista.
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